A medida que pasan los años una va mutando en distintas personas.

Soy la niña tímida y soñadora de la payana, la rayuela, la de las muñecas y las casas construidas con barro en la orilla de la acequia de la casa de mis abuelos y que el agua se llevaba.

Soy la adolescente ilusionada, la que vivía las pasiones de las heroínas de libros y telenovelas con ese amor idealizado de has historias de ficción; la que creía en la magia y el romanticismo y descubría el amor y el placer del sexo.

Soy la joven aguerrida que quería cambiar al mundo, la de la protesta, la de la ilusión del primer amor y la que aprendió a ser madre.

Soy la mujer del “Carpe Diem” que apostó al amor y muchas veces a relaciones utópicas, duraran el tiempo que duraran.

Soy la profesora creativa y comprometida con su trabajo, que educó a miles de alumnos, a la que amaron muchos y odiaron otros.

Soy la suegra que vio la partida de su hijo amado y a la que le costó adaptarse a la nueva situación.

Soy la abuela que interpretó a muchos personajes en las tardes de juegos, la que vivió y sintió las historias más insólitas que la imaginación permitía. La que aprendió las nuevas tecnologías para jugar con su nieto.

Soy la jubilada libre que disfruta del tiempo sin compromiso, a la que a veces la nostalgia le saca unas lágrimas.

Soy la artista que encontró en el arte al psicólogo más idóneo, la terapia más eficaz y la mejor compañía.

Soy la poetisa que vuelca en el papel sus pensamientos y sentimientos en algún bar porteño.

¡Qué maravilla!

Fui todas esas mujeres y viví con ellas los momentos de mi vida, algunos tan lejanos ya pero que afloran en mis recuerdos. Todas esas mujeres viven en mí.

Soy, esas mujeres, pero me sigo preguntando ¿Quién soy en realidad? Si todo es superfluo y efímero: este cuerpo, lo que hice, lo que fui…

Todo me ha sido dado por el periodo que dure mi vida. La mutación que el tiempo provoca en mí es ineludible.

¿Quién soy? Soy esencia de una vida plena que amó y a la que amaron, que ganó muchas veces y perdió otras tantas, que rió y lloró, que tuvo tristezas y alegrías, con momentos difíciles y muchos otros felices.

Soy ese ser en búsqueda de conocimientos, de otras vivencias, de otros seres, de otros lugares, de energías y vibraciones diferentes, tratando de descubrir otros “porqués” en este devenir incesante de círculos concéntricos que es mi vida.