Hoy mi hijo peina canas,
pues 40 años cumple;
reflejo de muchas lunas transcurridas
y horas transitadas.
¡Cuánto tiempo ha pasado, mi niño!
¡Cuán lejana, nuestra San Juan natal!
Cuatro décadas vividas
entre uñuñas, chutas y cucas;
entre la piojosa azul y amarilla
y el ping pong en Parque Las Heras.
Entre tus días en el Krause
y la inquietud de la adolescencia.
Entre la alegría por el servicio militar no realizado
y la experiencia del primer trabajo.
Entre la gramática enseñada
en tu primer año de la facu
y el festejo por tu última materia.
Entre los momentos compartidos juntos
y tu independencia.
Entre la llegada del amor
y verte convertirte en padre.
Así, siendo la abu
voy transitando paso a paso mis días.
Contemplo la plenitud de tu vida
y mi pecho se ensancha
de amor, emoción y orgullo
porque eres mi hijo adulto,
un verdadero hombre de bien.
Por eso, hoy quiero gritar al mundo
que mi hijo cumple 40 años
y yo 40 años de madre.