¡Oh mar! Que la miras
con tus insinuantes olas
y la envuelves con tu murmullo;
que la hechizas y la invitas a tus profundidades.
Cuéntame
cómo es esa vida que le ofreces.
Háblale de los seres sin rostros
que habitan en tus profundidades.
¡Oh Mar!, no la llames todavía.
Déjala en tierra firme
que aún su tiempo no ha llegado.