De pie y en silencio, con los labios sellados
parecía estar descifrando
en este mundo de hielo
los vetustos principios del pasado.
Emociones reñidas en su interior
luchan por resucitar premisas del ayer
y reclaman la ruptura de los espacios materiales.
Como un profeta, puede ver más allá del linde;
dubitativo, termina por adaptar sus sentidos
al espíritu disonante de nuestra época.
La palabra es un eco en su alma
y en una unísona efusión,
grita el idioma de las formas y los colores,
de los músicos, poetas, pintores y escultores.