La pandemia habla todos los idiomas y dialectos,

el covid arrasa y horada a la humanidad

sin distinción de raza, credo o ideología.

Millones de infectados, millones de muertos

e innumerables encrucijadas que esperan solución.

Vibraciones emocionales confusas en todo el mundo

y entes que se diluyen en la nada.

Filósofos, políticos, sociólogos, médicos y opinólogos

debaten explicaciones por doquier.

La ansiedad y la esperanza se esparcen

por todos los rincones de la Tierra.

“Quedate en casa” nos dicen,

mientras se evidencian las carencias de los sistemas

y el egoísmo de los que practican

el sálvese quien pueda.

Pero a pesar de todo,

la naturaleza es sabia

e impone su poder sobre el caos,

como siempre lo ha hecho,

para que el continuar sea posible.