Soy como el salmón,
que remonta la corriente
de las dificultades de la vida.
Soy como el salmón,
que acompaña su cría
en el aprendizaje día a día.
Soy como el salmón,
que contempla tu partida
y ahoga su sollozo y melancolía.
Soy como el salmón,
que abre sus aletas
para que inicies
una nueva vida.
Soy como el salmón,
que repliega su tristeza
porque sabe de tu alegría.
Soy como el salmón,
que regresa nadando sola
el resto de vida
que aún le queda todavía.
Soy como el salmón,
que recupera sus fuerzas
para iniciar un nuevo día.
Soy como el salmón…
y seré salmón
aún en mi despedida.