No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía
sí pueden cambiar el mundo.
Somos seres humanos, llenos de pasión.
La vida es desierto y también es oasis. Nos derriba, nos lastima,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Pero no dejes nunca de soñar,
porque sólo a través de sus sueños puede ser libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores, el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes. No traiciones tus creencias.
Todos necesitamos aceptación,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta el pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro
y en enfrentar tu tarea con orgullo, impulso y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
No permitas que la vida te pase por encima sin que la vivas.
Walt Whitman