José Martí Pérez, el héroe nacional de Cuba, también conocido por los cubanos como “El Apóstol”, “El Maestro", porque  se convirtió en el principal propagandista del ideario independentista cubano y en todo un símbolo de la lucha del pueblo cubano por alcanzar su independencia.

Fue un político, filósofo, pensador, escritor, periodista, poeta y masón cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria.

Nació 1853 en La Habana, Cuba. ingresó a la Escuela Superior Municipal en 1865 y posteriormente al Colegio de San Carlos. Siendo aún muy joven se sintió atraído por las ideas revolucionarias de muchos cubanos y, tras el inicio de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), comenzó su actividad revolucionaria: primero publicó la gacetilla El Diablo Cojuelo, y poco después una revista, La Patria Libre, donde publicó su poema dramático “Abdala”.

Sus escritos, posteriormente fueron considerados sediciosos (en ellos llamó traidor a un compañero de estudios que se había alistado como voluntario en el Ejército de España), en 1869 se le condenó a prisión con trabajos forzados por seis años. El destierro a España fue el resultado de la conmutación de la pena, y la oportunidad de estudiar Derecho y Filosofía y Letras en las universidades de Madrid y Zaragoza.

Martí paso la mayor parte de su vida peregrinando en el destierro, visito muchos países de América Latina y el Caribe, y Europa, pero sobre todo vivió durante 15 años en los Estados Unidos. Llegó a México cuando tenía 22 años, procedente del exilio impuesto en España, acusado de apostasía y desafección al régimen colonialista español. Lo esperaban sus padres y hermanos quienes vivían con penurias económicas.

Durante esta primera estancia en el país, con el apoyo de la masonería liberal pudo residir y vincularse con la generación que consolidaría la conformación del Estado mexicano, en el contexto del liberalismo juarista, lo que le representó una fase de maduración cultural e ideológica en áreas claves como la economía, la política y las manifestaciones artísticas.

En 1877 se casó con su novia Carmen Zayas Bazán, la hija de un abogado cubano y regreso al país centroamericano, vivió en Honduras y retornó, amnistiado, a Cuba en 1878, sin poder ejercer la abogacía ni la docencia por órdenes de los colonialistas.

Deportado nuevamente por las autoridades cubanas, se afincó en Nueva York, Estados Unidos, y se dedicó por completo a la actividad política y literaria, empeñó su inteligencia y voluntad en la preparación de un levantamiento definitivo contra una España cada vez más debilitada y sujeta al creciente y avasallador dominio económico norteamericano, el camino fue largo.

El 26 de noviembre de 1891 en el Liceo Cubano de Tampa, pronunció uno de sus más importantes discursos con el que supo levantar las almas, y en el que expuso con severidad: "...yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre". En 1892 redactó las Bases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano (PRC), y el 14 de marzo de ese mismo año fundó el periódico Patria como órgano oficial del Partido. Asimismo, desde los Estados Unidos envió artículos y crónicas a diversos medios impresos de otros países, como La Opinión Nacional, de Caracas, Venezuela; La Nación, de Buenos Aires, Argentina, y El Partido Liberal, de México.

En 1894, Martí y sus partidarios comenzaron a preparar un alzamiento en Cuba que daría lugar a la Guerra de Independencia (1895-1898), y su culminación seria la emancipación de la isla de la metrópoli española.

Se desempeñó como delegado del Partido Revolucionario Cubano para conseguir auxilios materiales y políticos mostrando grandes virtudes diplomáticas, y con este cargo regresó por última vez a México el 18 de julio de 1894 para recaudar fondos en función de su labor independentista a favor de Cuba. Después viajó a Montecristi, República Dominicana, donde se reunió con el general Máximo Gómez, veterano de la independencia de la Isla, el 25 de marzo de 1895, firmaron el “Manifiesto de Montecristi”, un programa que recogía la estrategia para la nueva guerra. Una poderosa rebelión tomó cuerpo cuando Martí y Gómez desembarcaron en la costa cubana en abril de 1895 y se reunieron con Antonio Maceo, instituyendo la República en Armas, en los términos de la Constitución aprobada en Camagüey por la asamblea celebrada en el mismo año. Martí era jefe civil de la insurrección y Gómez el jefe militar. "Una verdadera revolución", escribió antes de morir, "debe ocuparse tanto de afirmar la soberanía de la nación frente al imperialismo cuanto de liberar a las clases explotadas de sus explotadores"..."Cuba debe ser libre de España y de Estados Unidos"; y exigía la necesidad de que Cuba redimiera a negros, indios, campesinos y obreros, porque la independencia es también emancipadora de los oprimidos. José Martí, se considera junto a Bolívar, San Martín y Miranda, uno de los principales protagonistas del proceso independentista de Hispanoamérica.

No solo es reconocido por representar un papel decisivo en la emancipación de Cuba, sino que también dejó un amplio legado literario que se componía de poemas y ensayos mismos que lo llevaron a ser uno de los precursores del modernismo

Durante sus 42 años de vida, desarrolló un amplio pensamiento político en condiciones adversas. Fue el primero en incorporar la ética al discurso político, describiendo las monstruosidades de la esclavitud. Denunció el colonialismo español sin ofender a España y describió los defectos de la sociedad estadounidense, sin deponer su admiración por las realizaciones de sus sabios y su pueblo.

Poco después de haber regresado a Cuba para iniciar lo que llamó "la guerra necesaria" cayó en combate en Boca de dos Ríos, el 19 de mayo de 1895

Un día antes, el 18 de mayo, escribió una carta a su amigo mexicano Manuel Mercado, reafirmando sus ideas y consciente del precio que pagaría por ellas “… ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.” Y más adelante explica impedir “la anexión de los pueblos de Nuestra América, al norte revuelto y brutal que los desprecia….Viví en el monstruo y le conozco las entrañas, y mi onda es la de David” 

 Tuvo cinco entierros. el primero, en el poblado de Remanganaguas, en una fosa común, en la mañana del 20 de mayo. El día 23 el cadáver fue exhumado y vuelto a enterrar, el día 27, en un nicho del Cementerio de Santa Ifigenia, de Santiago de Cuba, dentro del cual ha sido trasladado en tres ocasiones. El tercer enterramiento ocurrió el 24 de febrero de 1907, cuando los restos fueron colocados en un templete que tenía enfrente un busto del héroe nacional. En septiembre de 1947, en espera de que se construyera el mausoleo, fueron trasladados al Retablo de los Héroes, hasta que el 29 de junio de 1951 se les depositó en el hermoso mausoleo donde se preservan hasta hoy. 

 

En La Habana, el monumento de Martí domina el lado norte de la Plaza de la Revolución en El Vedado, reflejando su estatus de astro supremo del nacionalismo cubano.

 

Dijo:

 "El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una u otra raza; dígase hombre y ya se dicen todos sus derechos. El negro, por negro, no es inferior ni superior a ningún otro hombre: peca por redundante el blanco que dice mi raza; peca por redundante el negro que dice mi raza. Todo lo que divide a los hombres, todo lo que los específica, aparta o acorrala, es un pecado contra la humanidad". 

“Los hombres van en dos bandos, los que aman y fundan y los que odian y deshacen”

 

 Estas son algunas de sus poesías:

 

CUBA NOS UNE

Cuba nos une en extranjero suelo,
Auras de Cuba nuestro amor desea:
Cuba es tu corazón, Cuba es mi cielo,
Cuba en tu libro mi palabra sea.

(de VERSOS DE CIRCUNSTANCIAS   1871)  

 

YO SOY UN HOMBRE SINCERO

Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.
Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.
Rápida, como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez -en la reja,
A la entrada de la viña,-
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcaide llorando.
Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, es
Que mi hijo va a despertar.
Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.
Yo he visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada,
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.
Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.
Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto.
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.
Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.

(de VERSOS SENCILLOS  1891)

 

LA NIÑA DE GUATEMALA

Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda…

Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores…

Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.

Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!…

Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.

(de VERSOS SENCILLOS 1891)

 

CULTIVO UNA ROSA BLANCA

Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo una rosa blanca.

(de VERSOS SENCILLOS   1891)